fuego en la tierra
Imagino que a
ustedes, igual que a mi les resultarán chocantes las palabras del evangelio de
hoy. Por un lado no concuerdan con la idea de un Jesús que viene a traer la
reconciliación y la paz. Por otro lado no se corresponden con lo que todos
esperamos y deseamos encontrar en la iglesia. Todos estamos cansados de luchas,
rencillas, conflictos, para que encima lleguemos a la iglesia y nos hablen del
enfrentamiento en uno de los ámbitos en el que todos más tranquilidad deseamos
encontrar que es en el de la familia.
Y sin embargo las
palabras del evangelio de este domingo fueron dichas y pronunciadas por Jesús.
Probablemente Jesús experimentaba que en el último tiempo de su misión sus
palabras despertaban conflicto. No gustaban a los poderosos y Jesús presentía
el enfrentamiento con las autoridades. Estas palabras son un reflejo del conflcito
que crea el evangelio.
Estas palabras de
Jesús nos dan realismo. Todos aspiramos a la paz, todos deseamos un mundo
reconciliado y armónico. Pero a veces queremos paces y justicias muy facilonas.
La paz se construye desde la verdad y a veces decir la verdad es doloroso.
El fuego que ha
venido Jesús a traer a la tierra no es un fuego de destrucción, es energía,
coraje y valentía.