Llamada a la responsabilidad social

Ayer, domingo celebré en La Coruña la Virgen del Rosario, Patrona de esta ciudad. Ante las autoridades de la ciudad pronuncié la homilía que más abajo reproduzco. Varios servidores públicos y muchos fieles me dijeron que era el mensaje que hoy los españoles deberíamos escuchar. La reproduzco aquí como una reflexión sobre las actitudes ciudadanas ante la crisis que sufrimos.

 
Buscad para la ciudad lo mejor

Fiesta de la Virgen del Rosario
La Coruña 7 de octubre de 2012
Ricardo de Luis Carballada

Lo primero que me corresponde hacer en este día es felicitar a todas las coruñesas y coruñeses en la fiesta de su patrona, la Virgen del Rosario. Felicidades a todos los que se encuentran aquí; felicidades al excelentísimo señor alcalde, a la corporación municipal, a las autoridades y servidores públicos que se encuentran en esta celebración.

Ustedes me han invitado a su fiesta y yo quisiera corresponder con un regalo, con un detalle expresión de mi cariño y afecto por esta ciudad. Los dominicos nos dedicamos a la palabra, al estudio de la palabra de Dios. Por eso, mi regalo es una palabra. Es una frase del profeta Jeremías que me gustaría que hoy se escribiera en el cielo para que todos los ciudadanos de La Coruña la pudieran leer. Al menos que se escriba en el corazón de los que nos encontramos aquí. La frase dice: "Buscad para la ciudad lo mejor" (Jer, 29,7).

Son unas palabras de una carta que el profeta Jeremías dirigió al grupo de israelitas deportados en Babilonia. En aquellos tiempos Israel pasaba por una situación muy difícil. Había caído bajo el poder de Babilonia y la parte más activa del pueblo: los funcionarios reales, los pensadores, los líderes sociales habían sido obligados a marchar al destierro. En esa situación el profeta Jeremías les escribe una carta para animarles, para despertarles a la esperanza. Les dice que aunque se encuentren en tierra extraña no maldigan ese lugar. Y les recomienda que se comporten bien con la tierra que les ha recibido. Que recen por sus gentes, construyan casa y la favorezcan con su trabajo y esfuerzo.

"Buscad para la ciudad lo mejor". Quizás el profeta Jeremías sabía lo que todos experimentamos. Que las ciudades en las que vivimos nos habitan por dentro y por eso hay que cuidarlas mucho. Todos llevamos en nuestro interior las ciudades en las que hemos vivido con la intensidad de su luz, los olores de sus atardeceres, el silencio de sus pequeñas plazas, el bullicio de sus calles comerciales, los graznidos de las gaviotas volando sobre los tejados.

En esta novena conmemorando el año de la fe, que los católicos vamos a comenzar a celebrar dentro de unos días, hemos recordado con María las actitudes de la fe. Decíamos que la fe es escucha, confianza, alegría, saber estar junto a la cruz…Hoy recordamos que la fe es responsabilidad social. La Iglesia no es un club de fans ni una asociación privada. La Iglesia es un movimiento al servicio del Reino de Dios, que es un Reino de paz y justicia. Por eso, la fe lleva a los creyentes a comprometernos con la marcha de nuestro mundo, a ser responsables con la sociedad en la que vivimos. Una responsabilidad que compartimos con todos los ciudadanos.

"Buscad para la ciudad lo mejor" es una frase que nos habla de responsabilidad social. En este caso de la responsabilidad hacia la ciudad en la que uno vive. La ciudad es un espacio común de vida. Un espacio construido con esfuerzo y mimo por las generaciones que nos han precedido. Un espacio que nosotros tenemos que preservar y mejorar para transmitirlo a las generaciones venideras. Los humanos no vivimos solos y aislados. Convivimos con otras personas y la relación, la comunicación, el diálogo, nos ayudan a desarrollarnos como personas. Las ciudades como espacio de convivencia nos hacen a todo mejores.

La construcción de la ciudad la hacemos todos los ciudadanos. No es una tarea que les corresponda sólo al alcalde, a la corporación municipal, a los servidos públicos. En la construcción de la ciudad todos participamos y todos somos necesarios. Cada uno con sus responsabilidades y funciones. Las autoridades y servidores públicos con su tarea, tan importante como delicada. Y cada ciudadano con la suya. La ciudad se construye con los que han nacido aquí y con los que acaban de llegar. Todos tenemos que procurar que la ciudad esté más limpia, que la convivencia sea más amable, que los que más lo necesitan sean correctamente atendidos, todos debemos procurar que nadie se quede al margen del desarrollo y la participación en los bienes sociales.

"Buscad para la ciudad lo mejor". La frase del profeta Jeremías es una expresión muy certera. Nos dice que la responsabilidad social es una búsqueda. Nadie tiene de antemano todas las soluciones a los problemas que nos rodean. Las tenemos que buscar juntos, reflexionando en común y escuchando también al que piensa distinto de nosotros.

Hoy en España atravesamos una situación de enorme dificultad. El escandaloso nivel de desempleo, la necesidad de asegurar unos servicios sociales que favorecen la cohesión social y hacen que nuestra sociedad sea algo más justa, son algunos de los retos más urgentes. La solución a estos problemas nos piden creatividad, capacidad de riesgo, avanzar nuevos caminos. Vivimos un tiempo nuevo para el que no sirven las respuestas de otras épocas.

La responsabilidad común tiene que ver con la comunidad, con los vínculos, con el sentirse parte de un proyecto común. No es tiempo de divisiones sino de sumar esfuerzos, de buscar juntos el camino mejor.

'Buscad lo mejor para la ciudad." Antes, cuando la sociedad era menos compleja, los límites de la ciudad terminaban donde acaban sus murallas. Hoy sabemos que nuestras ciudades están interconectadas con otros lugares lejanos. Que los límites de la ciudad se abren a otros pueblos. Ser responsable de nuestro mundo es pensar en otros pueblos que tienen condiciones de vida más duras que las nuestras, que padecen la violencia de la guerra, que sufren el subdesarrollo crónico. No puede dejarnos indiferentes el escándalo de la pobreza y del injusto reparto de la riqueza en el mundo. Desde nuestra ciudad estamos llamados a aportar Nuestra parte para hacer un mundo más justo.

Un día ya lejano, un grupo de ciudadanos de La Coruña acudió a la Virgen del Rosario, custodiada por los dominicos, a darle las gracias por la libertad de la ciudad. Desde aquel día la ciudad se comprometió a agradecer a la Virgen su protección todos los años y a cuidar su capilla. Este voto y promesa de la ciudad no es una reliquia de un pasado a olvidar. Es el recuerdo que para buscar lo mejor para nuestra ciudad, para ejercer la responsabilidad social, debemos saber salir de nosotros mismos, de nuestros intereses, de nuestras perspectivas... y abrirnos a los otros. Debemos, si me permiten la expresión, mirarnos menos al espejo y mirar más por la ventana. La capilla de la Virgen del Rosario, que es patrimonio de toda la ciudad, es un ventana para mirar al infinito, a Dios. Una ventana que pondrá aire fresco en nuestros cansancios y animará vuestras búsquedas. Una ventana que nos ayudará a encontrarnos con nuestros vecinos.

Coruñesas, coruñeses en este día de vuestra patrona felicidades de todo corazón y que la Virgen del Rosario siga bendiciendo esta bella ciudad, inspirando una convivencia en paz, fomentando el entendimiento mutuo y la solidaridad entre todos.