La noche en Cuatro Vientos. El encuentro con el Papa

JMJ en Madrid

Han finalizado las Jornada Mundial de la Juventud. Supongo que los balances serán variados y diversos. Y no es fácil hacerlo de un fenómeno tan complejo y que ha congregado a tantas personas. Yo voy a contar lo que he visto.

En primer lugar muchos jóvenes, pero que muchos.Era realmente impresionante ver literalmente una marea de personas que en forma de oleadas iban entrando al campo de cuatrocientos. Me llamó la atención ver muchos jóvenes franceses. Parece que la iglesia francesa, a pesar de la secularización cuenta com la confianza de bastantes jóvenes.

En segundo lugar eran jóvenes muy naturales y muy de su tiempo. Para nada tienen que ver com el perfil neoconservador que presentan algunos medios. Por supuesto que bastantes pertenecen a los nuevos movimientos. Pero otros muchos eran cristianos de a pie. Sin ninguna vinculación a un grupo concreto salvo su parroquia.

En tercer lugar la practica totalidad de ellos sabían a que venían. También había algún despistado que se había equivocado de autobús y buscaba diversión y juerga. Pero la mayoría había venido a rezar, y a hacerlo arropados por otros de su generación que habían venido a lo mismo.

Tanto en la vigilia como en la eucaristía
el silencio era impresionante, expresión de un fe vivida. Todos lo sabemos. Durante la vigilia una tormenta de agua y viento se desató sobre el campo. Alguien debió sugerir al Papa la posibilidad de marchar. El micrófono ambiente estaba abierto y pudimos escuchar de Benedicto XVI un: "Espetiamos qui..." Supongo que continuaría un "acampe" (esperamos que acampe). Creo que la mayoría de los asistentes,salvo algunos itianos, no percibieron la frase. Pero el efecto fue igual nadie se movió del sitio. Los jóvenes entendieron que su sitio era el que estaban. A pesar de la tromba de agua y el fuerte viento. Donde estaba yo cuando más agua caía un grupo de italianos y otro de polacos comenzaron a cantar. Alguien me decía que el mismo día en un concierto de Julio Iglesias cuando la lluvia comenzó los espectadores se fueron.

Al inicio de la vigilia algunos jóvenes le plantearon sus dudas y temores: una estudiante,alguien que contraería matrimonio próximamente...también intervino una joven de Berlín. No bautizada,no creyente...se preguntaba cómo Jesucristo podría interesarse de modo personal por mí. Me gustó esta intervención. Fue una manera de decir que la Iglesia también quiere estar cerca de los que no creen y buscan; de los no-bautizados que se preguntan. Lástima que el mal tiempo no dejó al Papa responder a estas preguntas.

En fin, sigo diciendo que lo mejor de las jornadas la fe de estos jóvenes, que. Muestra que la Iglesia tiene futuro.

Mi enhorabuena a todos los que han tenido que ver con algún aspecto de la organización de las jornadas.