LA EJECUCIÓN DE BIN LADEN

LA EJECUCIÓN DE BIN LADEN
HAY OTRA FORMA DE HACER LAS COSAS

Es cierto que el fanatismo nos puede golpear de un modo tan grande y brutal como lo hizo el 11 de Septiembre de 2001, que nos resulte difícil encontrar una manera adecuada de responder. Es cierto que para Estados Unidos y para las democracias era importante la detención de Bin Laden y su posterior enjuiciamiento. Es una manera de decir que los países libres son capaces también de defender su libertad. Y saben defenderse frente a quienes ponen en peligro esa misma libertad. Pero un principio de esas democracias es hacerlo con los principios de la ley y del derecho.

Las victimas del 11-S y nuestra propia seguridad pedían la detención de su responsable. Pero no su ejecución por un comando que entra ilegalmente en un país extranjero, y cumple la orden de enimilarlo. No me creo que no haya otras formas de hacer las cosas. No me creo que el país más poderoso militar y económicamente de la tierra no pudiera haber recorrido otro camino que llevara a la detención y posterior enjuiciamiento.

Los derechos humanos son un avance en la historia de la humanidad. Y uno de esos derechos es que todo ser humano tiene derecho a un juicio y nadie -por muy brutal y horroroso que pueda ser su crimen- debe ser condenado a muerte. 

No vulnerar estos principios es lo que caracteriza nuestro orden social como civilizado y humano. Traspasarlo sólo lleva a la arbitrariedad y a la barbarie.