Nochebuena y Navidad 2010. Mi cuento de Navidad

Casting de animales

En las celebraciones de navidad de este año he contado este cuento, que os ofrezco como regalo de Navidad. Es una antigua narración que nos cuenta por qué en el portal de Belén hay una mula y un buey, en vez de otros animales.

En la noche de nochebuena Dios encargó a dos ángeles que buscaran entre todos los animales del bosque aquellos que podían estar junto a Jesús en el portal. Cuando María y José estaban de camino de Nazaret a Belén, los ángeles convocaron una asamblea de animales. Y pidieron que uno a uno pasaran delante de ellos y explicaran cuál era su cualidad y que podían aportar al niño Jesús. 

El primero en pasar, como era de esperar, por este casting de animales para el portal de Belén, fue el rey de los animales: el león. Rugiendo exclamó:

-yo soy un animal fiero y poderoso. Me pondré a la entrada del portal y ningún peligro amenazará al niño. Alejaré a cualquiera que venga con malas intenciones.

Los ángeles se miraron y dijeron: no está mal, pero demasiada agresividad para quien trae la paz de parte de Dios. Que pase el siguiente.

El segundo en presentarse fue el zorro. Y exclamó:

-yo soy el más astuto de los animales. Con mi habilidad podré ir a las granjas de alrededor y traer para el niño miel, y para su madre queso y leche. También podré sustraer de esas casas almendras y hasta algo de chocolate.

Los ángeles se miraron y dijeron: no está mal, pero resulta un poco inmoral apropiarse de lo ajeno y traerlo al portal. Que pase el siguiente.

El tercero en presentarse fue el pavo real. Extendiendo su plumaje dijo:

-yo tengo la capacidad de transformar un establo en un palacio. Con mi presencia pongo belleza allí donde voy. 

Los ángeles se miraron y dijeron: no está mal, pero demasiado afán de protagonismo y llamar la atención. Si lo dejamos atraerá todas las miradas hacia sí. Y lo que importa del portal es que miren al niño. 

Y así fueron pasando animales y ninguno satisfacía a los ángeles. Cansados después de escuchar a todos sus propuestas, se dieron cuenta que en el prado de al lado una mula y un buey pastaban pacíficamente. Los ángeles les dijeron: ¿y vosotros? ¿no tenéis nada que ofrecer? La mula respondió

-Nosotros no tenemos grandes cualidades. Lo nuestro es mi humildad de mula y la paciencia de éste, dijo señalando al buey. Y si nos salimos del prado recibiremos algunos palos.

-Lo único que podríamos hacer, dijo el buey, es espantar las moscas con el rabo para que no molesten al niño.

-Y con nuestra presencia darle un poco de calor, dijo la mula.

Y los ángeles se miraron contentos. Al fin habían encontrado los animales que podían estar en el portal. Había sido largo y cansado, pero al final, les parecía que nada mejor que la humildad, la paciencia, y el calor para estar en el portal. Y desde entonces hasta hoy una mula y un buey nunca han dejado de estar presentes en el portal.

Los cuentos no hay que explicarlos, pero sí quiero decir una palabra de comentario. Lo importante en la vida no es tener grandes cualidades, sino poner nuestras cualidades pequeñas en el sitio adecuado. No importa que no seamos poderosos y vigoroso, que nuestra inteligencia sea limitada, que no llame la atención nuestro físico. Lo importante es aprovechar bien nuestras cualidades, aunque nos parezcan pequeñas y poco llamativas. La navidad nos recuerda que Jesús viene acoger sobre todo a los humildes y los mansos. Que esta navidad nos de fuerzas para seguir sacando lo mejor de nosotros mismos. Feliz Navidad.




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