COMPROBANDO LA SOLIDEZ
DE NUESTRA VIDA CRISTIANA
DE NUESTRA VIDA CRISTIANA
Hoy
día en los barrios antiguos de nuestras ciudades se ha establecido la
inspección técnica de edificios. Un grupo de especialistas municipales se
emplean a fondo en revisar los cimientos y el tejado de un edificio; en
comprobar el estado de sus muros de carga y paredes maestras; en revisar el
estado de las cañerías e instalaciones de electricidad y gas. La finalidad de
esas inspecciones es analizar el estado de una edificación antigua y
garantizar que, a pesar del paso del tiempo, sigue siendo sólida y no está
amenazada de sufrir algún tipo de de derrumbe. Los técnicos suelen ser exigentes
y realizan su trabajo con rigor, sin dejar ningún aspecto sin comprobación.
Podíamos
decir que el evangelio de este domingo es como una inspección técnica de
nuestra vida de fe. Jesús nos pide que dejemos comprobar la solidez de nuestra
vida cristiana. Nuestra fe será auténtica si está sostenida por unas
estructuras sólidas. Sólo de ese modo podremos mantenerla integra ante
las dificultades de la vida. Jesús aparece en el evangelio de hoy como
alguien riguroso y exigente, como los inspectores técnicos de edificios. Y es
que había sido acusado de proponer una religión facilona, poco exigente, que se
saltaba los preceptos de la ley. Por eso dice que no ha venido a abolir la ley sino a darla cumplimiento.
Las
palabras de Jesús que hemos escuchado son claras. Sus discípulos no pueden ser
cristianos a medias. No podemos decir: "yo soy cristiano,
pero solo un poco". Los discípulos de Jesús deben vivir su fe mejor que
los fariseos y escribas la vivían en aquel tiempo.
Como
discípulos de Jesús debemos dejar comprobar la calidad de nuestra vida
cristiana y debemos preguntarnos. ¿Soy cristiano al modo que Jesús pide en el
evangelio de hoy?¿O soy cristiano a medias?
La
condición de cristiano nos ha sido presentada como una vida que no es fácil.
Como un camino que va más lejos que lo que dicta la opinión mayoritaria y corriente; más allá de lo establecido en las leyes civiles y los preceptos religiosos. Jesús nos dice que no
podemos conformarnos con lo mínimo: con no agredir a los otros, no llevar una
vida disoluta, cumplir nuestras obligaciones.. Jesús nos pide más. Nos pide
delicadeza en el trato con los otros, adelantarnos a perdonar, llevar una vida
coherente viviendo y realizando lo que decimos.
Para
entender las palabras de Jesús tenemos que pensar que la vida cristiana más que
un edificio que está quieto, es un camino. Un camino que recorremos y por el
que vamos progresando cada día. Por eso Jesús nos dice que en nuestra vida no
se trata de seguir haciendo lo que hacían los antiguos. O lo que nosotros
hacíamos antes. Jesús nos pide hacer las cosas mejor. Y progresar cada día un
poco. Ser mejores paso a paso.
Lo
que Jesús pide puede parecernos muy difícil de realizar y vivir en el día a
día. Pero Jesús nos da una clave para realizarlo. No podemos entender sus
palabras como las exigencias de una ley o una norma. Lo que Jesús nos pide es
que superemos la ley por el amor. Ir más allá de la ley, de lo establecido,
desarrollar la delicadeza en el trato, es posible para quien vive en el amor. Un
amor que Jesús nos da y nos transmite. Y que inspira nuestro comportamiento. Lo que
tenemos que hacer en cada eucaristía es recibir ese amor y dejar que nos vaya
llevando por el camino de la vida.