EL CAMBIO

Homilía 3º Domingo de Tiempo Ordinario Ciclo A
23 de Enero de 2011. Mt. 4, 12-13

Hay cosas que cambian la vida. Hay acontecimientos, encuentros, situaciones que nos han cambiado la vida. El primer trabajo, contraer matrimonio, tener un hijo, una enfermedad, una lectura, una amistad se encuentran en el origen de estos cambios. La expresión "cambio de vida" se refiere a ese momento de la existencia en la que accedemos a una perspectiva nueva y desconocida sobre las cosas; en las que aprendemos a saborear de otro modo lo que nos rodea; en el que reorganizamos nuestras relaciones.

En el evangelio de este domingo se recuerda que Dios también cambia la vida de las personas. Jesús comienza el tiempo de su predicación, de su ministerio público con las palabras: ¡Convertíos y creed en el evangelio! Jesús no dice, seguid como estáis, continuad así...Jesús no viene a dejar las cosas como están sino a mover a la reconciliación con Dios; a no permanecer en nosotros mismos sino a abrirnos a los otros.

Jesús tampoco dice, ¡sed buenos que Dios os dará su favor! Al contrario. Dice: ¡Dios hace desdcender su gracia so vosotros, convertíos! Dios da el primer paso para que nosotros podamos dar el nuestro. Dios nos da su luz para que podamos ser conscientes de nuestras sombras. Jesús cuando se encuentra con alguien comienza a perdonarles los pecados. De este modo hace visible que su persona inaugura una nueva vida, suscita que las cosas cambien en nuestra existencia.

¿En qué consiste este cambio? En hacer sitio a Dios. El asunto de Jesús es reconocer a Dios en la vida. Dejar que oriente nuestra existencia y nuestra vida.

El cambio que Jesús propone y propicia lo realizó también en su propia vida. En el evangelio de este domingo se dice que Jesús marchó a Cafarnaúm. Jesús dejó Nazaret, una pequeña población judía, para marchar a una gran ciudad, en el centro del comercio y la circulación de personas. Dios se hace presente donde las personas viven.

El cambio de Jesús es profundo pero no espectacular. No hace demasiado ruido. Encuentra a las personas en su vida diaria, en sus condiciones normales de vida. Los discípulos estaban pescando, estaban realizando su labor cotidiana cuando Jesús pasa a su lado. Y les dice que le sigan. No les pregunta si les apetece, si tienen ganas, si les gusta la idea del evangelio. Les dice que signa su persona no su idea. Que se unan a él y cambiará su vida.

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