Homilía fiesta Jesucristo Rey del universo 
Domingo 21 de noviembre de 2009


La fiesta de Jesucristo rey del universo fue introducida por Pio XI en 1925. En sus orígenes estaba relacionada con la devoción del sagrado corazón y con el misterio de Pascua. La fiesta fue introducida por la encíclica Quas Primas. En el texto de la misma recibe un carácter apologético dirigida contra el cuestionamiento de la autoridad de la iglesia por la sociedad liberal. Pero aunque este sea el contexto de la fiesta, la encíclica se centra sobre todo en consideraciones teológicas. La realeza de Cristo es fundamentada en el carácter divino de su persona.

Hay quienes argumentan que los títulos de realeza aplicados a Dios no son más que una proyección de la experiencia humana de la monarquía. Pero hay que tener en cuenta que en la experiencia religiosa de Israel la realeza de Dios tiene que ver con haberlo experimentado como el creador que vence sobre las fuerzas del caos y del mal. De modo análogo, algunos textos del Nuevo Testamento presentan a Jesús como rey desde la experiencia pascual de la victoria de Jesús sobre la muerte. Desde el punto de vista teológico, el sentido de la realeza de Cristo es fundamentalmente soteriológico. Es utilizado para remarcar la realidad salvadora de la persona de Cristo.


Globalización es una palabra de moda. Es una palabra utilizada para describir la dirección de la historia en nuestro momento presente. Tiene que ver con el desarrollo de los medios de comunicación e información. Tiene que ver con relaciones comerciales y con movimientos de capital. Tiene que ver con los desplazamientos de personas, con los viajes y con el acercamiento de culturas diferentes.

Muchos pensamos que una globalización que solamente transcurra por la senda del progreso técnico y del provecho económico no hará mejorar la humanidad si no va acompañada de una globalización ética. Si no se traduce en respeto por los derechos humanos y en utilizar el desarrollo tecnológico para solucionar los problemas de la pobreza y del hambre.

Los cristianos hoy celebramos la fiesta de Jesucristo, rey del universo. Durante mucho tiempo el arte cristiano ha representado a Jesucristo llevando en la mano el globo del mundo. Es una manera de expresar que Jesucristo sostiene el universo, sostiene el mundo. Es una manera de representar que la salvación que trae Jesucristo es universal. Va dirigida a todos. Es una salvación global, podíamos decir hoy.

En las expresiones del arte románico es frecuente representar a un Jesucristo crucificado que lleva sobre la cabeza una corona. Es una manera de expresar que el reinado de Jesucristo se ejerce desde la cruz. La cruz es el lugar en el que Dios quiere tocar con su fuerza todo el dolor y el sufrimiento del mundo. Es expresión del amor de Dios que quiere alcanzar todo el universo. En la cruz Jesús lleva y sostiene el mundo entero.

Jesucristo sostiene el universo no tenemos que empezar de cero en nuestros esfuerzos por un mundo distinto y mejor. Nuestra tarea es responder al reinado al que Jesucristo nos llama desde su cruz. A construir un mundo que no se olvide de los que sufren y lloran. Un mundo que no excluya a nadie de los beneficios del desarrollo y del progreso. Un mundo en el que a los niños no les roben la sonrisa. Un mundo reconciliado en el que todos podamos mirarnos a los ojos sin vergüenza. Porque Jesucristo lleva el universo no damos por perdida la esperanza. Su vida y su mensaje pueden ser la medida que alimenta nuestras aspiraciones y nuestros trabajos por un mundo distinto. Por un mundo mejor.

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