Homilía 28 domingo. Tiempo ordinario. Ciclo C. 13 de octubre de 2013. Lc 17, 13-11

Gratitud es saber acoger regalos



En ocasiones hemos escuchado, o incluso puede ser que hayamos dicho: “así no tengo que agradecer nada a nadie”. Nos puede dar satisfacción comprobar que podemos hacer las cosas sin depender de otros. A la larga esa postura no nos lleva muy lejos. Quien no quiere agradecer nada, está diciendo que no estádispuesto a recibir regalos. Un mundo sin regalos es un mundo en el que las cosas o tienen que ser hechas por nosotros, o tienen que ser compradas. Y en un mundo así será muy difícil que se puedan dar relaciones auténticamente humanas.

En el evangelio de este domingo Jesús sana diez leprosos. Solamente uno se da la vuelta para agradecerlo. Los otros nueve se marcharon pensando, “ha habidosuerte”. No supieron ver el regalo que se les hacía. Y no saber acoger un regalo es perderse algo importante en la vida.

Hay quien dice que en las sociedades modernas nos damos las gracias con menos frecuencia que antes. No sé si es verdad. La explicación puede encontrarse en que vivimos en una sociedad de derechos. Los servicios que recibimos no son resultado de la condescendencia de quienes lo realizan, sino de uestado que tiene que cubrir determinadas necesidades de los ciudadanos. La sociedad de derechos es un avance en la historia de la humanidad. Pero la palabra gracias es una de esas palabras básicas de lo humano. Si desaparece de nuestro lenguaje algo fundamental se habrá perdido con ella.

Para que esta palabra sencilla pueda surgir en nuestras relaciones es importante que quien hace un favor a otra persona no lo haga humillándole ensu dignidad. Y esto se logra sobre todo cuando el favor, o los dones que nosdamos unos a otros, procedan del desinterés.

Afortunadamente todos estamos rodeados de cosas que ni se hacen ni se compran. El sol que nos calienta y alegra; el aire que respiramos; la belleza de la naturaleza; la originalidad y creatividad de toda persona humana. No son cosas que fabriquemos o compremos. Son cosas que nos son regaladas.

Alguien me decía en una ocasión que en uno de los idiomas africanos la palabra gracias significa mirar atrás. Al agradecimiento llega el que sabe mirar al pasado y contempla como ha ido transcurriendo su vida. Dios es la fuente del mayor regalo que recibimos, la vida. Dios que crea vida, la protege, sana y la sostiene. Y por eso siempre nos da razones para la gratitud. Gracias a Dios que nos ha dado a Jesucristo. Gracias a Dios que en su hijo a comenzado a sanar el mundo.