4º Domingo de Adviento. Ciclo A. 19 de diciembre de 2010. HoLmilía

Las cosas no son lo que parecen
Los sucesos en torno a la navidad de Jesús son bastante extraños, tal y como los cuentan en el evangelio. Lo que cuentan en el evangelio de este domingo también. José, prometido de María, se entera que está embarazada. Pudiendo romper su compromiso con esta mujer, la acoge en su casa después de recibir el mensaje de un ángel en un sueño.

Me parece que nuestro mundo está muy necesitado de actitudes como las de José. No rompe por lo sano al primer momento y dejándose llevar por la primera impresión. José alberga la posibilidad que las cosas no siempre son lo que parecen. José acoge a María. Su acogida es una ejemplo de humanidad y humanitarismo. De tolerancia y apertura al misterio de la otra persona. Lo dicho, en un mundo en ocasiones tan deshumanizado el gesto de José es un estandarte de apertura a lo diferente, a lo que cambia y rompe nuestros cálculos. Es el reconocimiento que cada ser humano es un misterio a respetar. Bendito reconocimiento en un mundo en el que a menudo se rompe el misterio del otro con imposiciones dogmáticas.

En José aprendemos que Dios rompe el círculo de nuestras pequeñas convenciones, convicciones y prejuicios. Que recibir a Jesús es traspasar el ámbito de lo demasiado conocido, de las costumbres hechas. Dios viene en lo nuevo y lo inesperado.

ENTRE LOBOS

La reconciliación con la naturaleza

He estado viendo la película "Entre lobos". Me ha gustado. Repasa un viejo tema: el del ser humano reconciliado de la naturaleza. El mismo que inspiró a Kipling en "El libro de la selva". Un niño entregado por su padre a un cabrero que vive solo en el monte. El muchacho tiene que acostumbrarse a sobrevivir en la dureza de la naturaleza cuando fallece el pastor de cabras. De él había aprendido que era mejor pactar con la naturaleza que agredirla. Por eso el viejo pastor mantenía a los lobos bajo control gracias a suministrarles alimento. El muchacho simpatiza con una cría de lobo con la que llegará a entenderse. Sobrecogen las escenas en las que el jovencito, incapaz de hacer funcionar las trampas para cazar, sufre un hambre de días. El lobezno percibiendo su necesidad acerca a su joven amigo unas porciones de carne.

La película, basada en una historia real de los años 50, y cuyo protagonista vive actualmente en Galicia, está filmada en Sierra Morena. Lza calidad en la fotografía y en las tomas permite disfrutar del paisaje. Todo ello es resaltado por una música compuesta para la película y que penetra en el espectador.

Ojalá que la película nos ayude a ser más respetuosos con nuestro entorno natural sin caer en la sacralización y divinización de la naturaleza. Algunos dirán críticamente que la película tiene un aire de irrealismo romántico y que parece acentuar la condición animal del ser humano. No lo creo. Es una llamada a respetar la creación. Y me parece que la experiencia nos dice que quien respeta a los animales suele respetar también a los humanos. Y quien es cruel con los animales, lo acaba siendo con los seres humanos.

Una buena muestra de la calidad que puede alcanzar el cine español cuando recurre a historias nuevas y humanas, en vez de acudir a los temas de siempre, afrontados además repetitivamente (la guerra civil, la posguerra, el nihilismo reinante aumentado con mucho sexo y diálogos llenos de tacos). Recomendable de ser vista