XVIII Domingo Tiempo Ordinario. Ciclo C Domingo 10 Octubre 2010

Fe por gratitud
Alguien me preguntó hace no mucho tiempo ¿por qué hablas de Dios? ¿por qué vas a misa? ¿por qué tienes fe? Podríamos añadir también a esta pregunta: ¿por qué permaneces en la Iglesia? En la sociedad secularizada en la que vivimos es una pregunta que siempre alguien nos ha dirigido. Hace algunos años la respuesta a ese tipo de preguntas solía ser: porque Dios nos recomprensará nuestra condcuta religiosa y castigaría nuestra indiferencia. Hoy día no podemos responder de esta manera. Hoy día henos aprendido que el Dios de Jesús no castiga de esa manera; es un Dios bueno que deja salir el sol sobre los que van a misa y los que no van; es un Dios que ofrece su gracia a todos.

Me parece que el evangelio de este domingo nos da una clave para encontrar una respuesta correcta a esas preguntas. Jesús sana a 10 enfermos y solamente uno de ellos da la vuelta para dar las gracias a Jesús. Así sucede en nuestra relación con Dios. Nos ha dado la vida a todos, nos ha regalado el planeta hermoso en el que vivimos, nos da la posibilidad de desarrollar una vida en libertad y fraternidad...Dios da todo a todos, pero sólo algunos giran la cabeza para reconocer sus bienes y expresar gratitud.

El origen de nuestra fe es la gratitud. Ser agradecido consiste en saber girar la cabeza y mirar hacia atrás, en ir al encuentro de quienes confiaron en nosotros, nos ayudaron, hicieron algo por nuestro desarrollo...La gratitud es un gesto que nos humaniza y además nos hace disfrutar dos veces de la cosas. La gratitud, o la fe que es lo mismo, nos lleva a profundizar en el sentido de las cosas y reconocer que todo lo bueno que tenemos no es resultado de la casualidad, el destino o el capricho de la vida. Todo lo que tenemos es resultado de un Dios que nos quiere y nos salva. Sostenidos en ese amor la vida es menos dura y sabe mejor. Quien ha tenido conciencia del sabor de Dios no puede dejar de estar agradecido, de vivir la fe, que es lo mismo.


Els Joglars en Salamanca


Hace dos semanas los de Els Joglars de Boadella estuvieron por Salamanca. Representaron su último montaje (2036 Omena-G) con el que conmemoran 50 años de la compañía. Pero amplían la fecha 25 años más y la compañía se proyecta al año 2036. En esa fecha se ven recluidos en una residencia de ancianos para actores. En un país arruinado porque Zapatero se ha gastado el dinero de las pensiones, se presenta una residencia en la que los ancianos viven en barracones, estilo favelas del Brasil. Como acostumbran a hacer en sus últimas representaciones una sucesión de cuadros va ofreciendo diversos momentos de la vida de ese hogar de ancianos: la recepción, una excursión, la sala de televisión, la enfermería, el gimnasio...Y en todas esas escenas derrochan sátira, crítica social y buen hacer teatral. Es claro que una obra de El Joglars es recomendable siempre para quienes amen el teatro de verdad. 

Aquí sólo quiero felecitarles por su aniversario y expresar mi agradecimiento por ser lo que siempre han sido: una compañía que entiende la cultura como una ejercitación de contrapoder, de crítica social, de provocar el pensamiento...En medio de tnatos actores de ceja y subvención, que bueno es contar con compañías que pueden mostrar 50 años de independencia, de crítica al poder y de un hacer teatral magistral. Y todo ello envuelto en humor inteligente, porque como dicen en la misma obra, como buenos catalanes aconsejan reir. Resulta más económico. Cuando nos enfadamos ponemos en función más músculos que cuando reímos. Reirse es sano y menos costoso.

PUEDES VER UN VIDEO DE LA OBRA EN Video