2º Domingo de Adviento. Ciclo A . 5 de dicembre 2010

Allanad los caminos

En las tareas agrícolas hay un tiempo para recoger la cosecha y hay un tiempo para sembrar. Pero también hay un tiempo para roturar los campos. Para dejar que la tierra se airee y recobre su vitalidad. El adviento es el tiempo para roturar la propia vida. Es el tiempo de poner a airear nuestra persona para dejar que penetre en ella el aire fecundo de Dios.

Cuando Juan bautista en el evangelio de este domingo, recogiendo las palabras de la tradición profética, llama a preparar el camino nos está invitando a remover la tierra de nuestra vida para que tracemos en ella el camino del Señor. Y es preciso recalcar que el camino que tenemos que abrir no es nuestro camino. El que es resultado de nuestros deseos, planes y cálculos. Se trata del camino del Señor. Un camino que pasa por nuestra voluntad pero que nace en un lugar anterior a nuestro propio yo.

El camino del Señor a veces doblega nuestros deseos y cálculos. Pero siempre ensancha nuestra vida y persona. Nos lleva a lugares nuevos y desconocidos, enriquece nuestra persona, nos conduce a la libertad y el futuro.

El camino del Señor tiene un nombre: Jesucristo. Él es la vía sobre la cual Dios viene a nuestra vida. Juan el  bautista es el dedo que señala a Jesús y clama para que sea reconocido y acogido. Su llamada resuena hoy y se dirige también a nuestros corazones, para que dejemos pasar a Jesús por él. Dejar pasar a Jesús por nuestra vida supone abrirnos a la bondad, a la limpieza de corazón, a la esperanza, al deseo de justicia.

FERIA DEL LIBRO DE GUADALAJARA (MÉJICO) II


Sigo en la feria. Por la mañana foro sobre el libro digital. Es un tema del que se habla mucho. Todavía no hay claridad sobre lo que llegará. Se apuntan tendecias. Es claro que los nuevos medios van a cambiar el modo de escribir, leer y editar. Lo importante es seguir buscando y permanecer en el debate. La feria sigue siendo una gran fiesta. Impacta ver tantos adolescentes y jovenes paseando por la feria. Y lo hacen realmente interesados. Eduardo Fraile, poeta vallisoletano, desnudaba su alma para hablarnos de una infancia de ángeles que venían a tomar la ciudad, de inviernos fríos y padres que transmitían amor a la cultura. Y nos conmovía sus palabras llenas de autenticidad y emoción contenida. Y en Gudalajara (Méjico), en una sala pequeña, que en broma llamamos el zulo, rodeado de jóvenes que aplaudían a un poeta que les hablaba de golondrinas, nieve, y aviones de papel, sentí por unos momentos que la humanidad se hace con la palabra. Y que ella nos convoca a la convivencia, a la paz y al disfrute compartido en el silencio de la escucha.

Méjico, con sus gentes, nos sigue enseñando que la amabilidad no cuesta nada y nos hace a todos más humanos. Y estos jovenes que viven la cultura, que buscan libros, critican diseños de portada y escuchan los poetas...que voy a decir. Que me llenan de envidia y me recuerdan las carencias de nuestro país de nuevos ricos.

FERIA DEL LIBRO DE GUADALAJARA (MÉJICO)

LA FIESTA DEL LIBRO

Estoy en Guadalajara (México), en la Feria Internacional del Libro. Es una auténtica fiesta. Esta ciudad ha sabido reunir tanto a profesionales del mundo de la edición como a la población en general. El resultado es una feria que tiene tanto un carácter profesional como de convocatoria popular. Sobre todo llama la atención la asistencia de jovenes que recorren los pabellones y traen un pequeño presupuesto para la adquisición de alguna oobra. Me resultaba curioso escucharles decidir cual de los libros que les interesaba era realmente el que iban a adquirir.

América Latina nos muestra a los europeos su rostro joven y la vitalidad de sus calles. También nos recuerda, en los niños que venden artículos en la calle, que la justicia todavía está por venir en nuestro mundo. Ojalá que la emergencia de estos países lo sea también a una sociedad más justa y equitativa.