Homilía 5 domingo de Pascua. Ciclo B. 6 de Mayo de 2012. Jn 15, 1-8




La imagen de la amistad

La amistad es una de las cosas que más satisfacción aporta a nuestra existencia humana. Los amigos son un gran apoyo sobre el que nos impulsamos cada día y sobre los que nos levantamos de nuestros errores y caídas. Los amigos son el refugio al que acudimos a buscar protección, consuelo y consejo. Son también quienes saben decirnos palabras que nos despiertan de nuestras ensoñaciones y que nos corrigen cuando equivocamos el rumbo.

La amistad es un vínculo que cuando es verdadero permanece sobre el paso del tiempo uniendo la vida de dos personas. No sé si en nuestra cultura de cambios y movimientos hay todavía vínculos que permanezcan durante mucho tiempo. Pero si los hay lo son de los amigos de verdad.

Jesucristo nos ofrece su amistad. Un vínculo que no lo es para algún tiempo, algunas semanas o meses. Es una amistad para siempre y para toda la eternidad. Esta amistad puede ser tan estrecha que no pasemos un día sin hablar con él.

Todo esto es lo que Jesús nos quiere decir con la imagen de la vid y del sarmiento. Todos tenemos la libertad de separarnos de Jesús o de permanecer unidos a Él. Quien se separa no da fruto y quien permanece junto a Jesucristo hace crecer en su persona frutos que alcanzan hasta la eternidad.